lunes, 22 de junio de 2009

El viaje (parte 2)


Oscuridad. Un negro perpetuo, imposible de aclarar, parecía tan espeso que daba la sensación de que atrapaba todo aquello que osara adentrarse en ella. Un escalofrío recorrió todo mi ser. Esa cueva debía de ser la entrada al mismísimo Hades.
- Aquí es. Entremos, quiero enseñarte algo.- Dijo la dama que me guiaba. Me quedé petrificado al oír sus palabras. Ella notó mi inseguridad, pues se acercó a mi, puso sus suaves manos sobre mi rostro y clavando su mirada en mis ojos dijo: - No te asustes, a veces tras la oscuridad mas temible se encuentra la luz más brillante.- Una vez más, sus ojos del verde más intenso, consiguieron que me olvidara de todo, si ella quería, le seguiría hasta el fin del mundo.
– Este pequeño recorrido será el principio de tu viaje. – Me explicó justo antes de que su cuerpo fuera devorado por las tinieblas de la cueva.

Al verla desaparecer delante de mis ojos un sentimiento de angustia se apoderó de mí. Estiré mi brazo y cuando la yema de mis fue dedos fue engullida por las sombras sentí un frío intenso, sepulcral. Esa sensación me envolvió cuando crucé la penumbra. Nada mas atravesar el umbral, ese frío vino acompañado de toques de tristeza, Parecía que la alegría de mi interior había muerto, y eso me inquietó.

No se distinguía nada, solo había oscuridad. Me quedé quieto, pues no sabía que podía haber a mí alrededor. Centré mi atención en mis oídos. Lo único que se escuchaba era el sonido rítmico de gotas cayendo contra el suelo. De pronto, el eco me trajo la más dulce de las melodías. – Sigue adelante, no tengas miedo, es un camino oscuro pero corto, te espero en la luz. –Resonó la voz de la muchacha. Escucharla me dio la valentía para comenzar a andar, recto, con decisión. No se cuanto tiempo pasó, pero en el centro de toda esa penumbra vi un punto de claridad que, cuanto más avanzaba hacia ella, más grande se hacía. De nuevo, descubrí en mi esa alegría que creí perdida. Mis pasos se aceleraron, pero en ese instante escuché susurros. –No vayas hacia la luz, pensadlo bien. Cuanto mas intensa es una luz, mayor es la sombra que proyecta. –Decían los murmullos. Desconcertado, miraba a mi alrededor buscando vanamente la procedencia de esas voces. Pero lo que encontré en su lugar fue la chica, en medio de la luz, con sus brazos extendidos, llamándome en silencio. Como el perro que encuentra a su amo, corrí hacia ella. Salí de la oscuridad cegado por la intensa luz. Ella me abrazo intensamente y apoyo su barbilla en mi hombro. La fragancia de sus cabellos me embriagó, y la felicidad se apoderó de mi ser. –Tranquilo, esos seres no te volverán a molestar. Solo desean que no estemos juntos, que te quedaras en la sombras con ellos, pero tu has sido tenaz y no has caído en sus engaños –Me felicitó con un tono calido en su voz. Me dio el beso más dulce jamás regalado por unos labios –Sígueme, aún nos queda un poco. –Dijo antes de girarse y proseguir con la marcha. Cuando me disponía a seguirla, una mano lóbrega salió de la penumbra y me agarró fuertemente del hombro. Giré la cabeza asustado, pues el resto del cuerpo se quedó petrificado por el miedo. De la sombras surgieron dos grandes ojos, que me miraban de manera penetrante – Siento que no tomaras en consideración nuestros consejos. Solo espero que te des cuenta de lo que ocurre antes de que sea tarde. – Justo cuando terminó la frase, la mano me soltó y desapareció en las tinieblas de nuevo. En el tiempo de un parpadeo las sombras ocupaban de nuevo el lugar donde se encontraban los ojos de aquel misterioso ser.

lunes, 25 de mayo de 2009

El viaje (parte 1)

Los rayos de sol atraviesan la frondosidad de los árboles, dotando al bosque de una luz diáfana, suprema e incluso mística. Me dejo caer sobre el verde manto que cubre el suelo. Cuando mi cuerpo toca hierba noto como el frescor de las gotas de rocío hacen que se despierten todos mis sentidos; el olor de bosque, los sonidos de los seres que en el habitan en armonía, los colores vivos de la naturaleza, el sabor de los frutos que nos regalan las plantas, el tacto de toda esta maravilla en la que me encuentro... Es el paraíso.Cuando todavía me estoy regocijando por estar en semejante lugar, las manos calidas de una mujer me levantan con suavidad del suelo. Creí que era un ángel, pues estaba seguro de que humano alguno había contemplado un ser tan bello. Me quede de pie, a escasos centímetros de ella, incapaz de apartar la mirada de esos hipnóticos ojos. Sentí como si esa mirada fija que manteníamos fuera un puente por el que podía cruzar mi alma hacia ella, para que nuestros espíritus se abrazaran y no se separasen nunca, pues estaban destinados a ser uno. Entonces ocurrió. Mirándome fijamente, sus carnosos labios dibujaron una sonrisa que desprendía una luz capaz de deslumbrar al mismo sol.- Sígueme.- Dijo la muchacha con una voz tan dulce y cautivadora, que simplemente era imposible negarse. Mis pies comenzaron a caminar, las palabras de la joven les otorgaron vida propia. Ella caminaba con tanta dulzura, con tanta suavidad, que parecía flotar. Tiraba de mi mano, firmemente estrechada a la suya.-Ya hemos llegado.- Dijo a la vez que nos detuvimos.

viernes, 24 de abril de 2009

Ahogandome


Me cuesta mantener la cabeza fuera del agua, está tan fría…Mis brazos no aguantan más, los encuentro cada vez más pesados, me duelen. Noto como los músculos se agarrotan. Un terrible cosquilleo se apodera de todo mi cuerpo, como si miles de diminutos insectos clavaran sus aguijones en mi magullada piel, todos a la vez, repartiendo de forma homogénea este terrible sufrimiento. Levanto la vista al horizonte y solo encuentro un desierto de color zafiro, nada a lo que poder agarrarme, ni un misero apoyo en el cual poder descansar de todo este martirio. El cielo también parece mofarse de mi desdicha. Hacen su entrada oscuras nubes, que advierten de su llegada con rugidos bravucones. Y de inmediato ocurre. Una terrible tormenta se cierne sobre mi. Las gotas de lluvia golpean mi cabeza, a mi afligido rostro, hundiéndose sobre mi carne como agujas, finas, pero punzantes. El mar se crispa y comienza a zarandearme de un lado hacia otro. Las encolerizadas olas me golpean y me sumergen pese a todos mis esfuerzos por buscar en la superficie esa bocanada de aire que me auxilie, que calme a mis hambrientos pulmones, que me proporciones ese oxigeno que tanto necesito. Mi corazón late a un ritmo desenfrenado. Mis irritados ojos tan solo distinguen tonos oscuros, grises, azules ennegrecidos. Todos mis miembros se mueven para intentar sacarme a flote antes de que las gélidas aguas inunden mi pecho. De pronto, noto como algo me coge por las piernas y comienza a tirar de mí. Pero en vez de acercarme a la tenue luz que se proyecta en la superficie de las aguas, me hundo cada vez más rápido, la penumbra me va rodeando cada vez con más énfasis. Miro atemorizado para comprobar que es lo que me lleva al abismo. Dos hermosas sirenas sujetan mis pies, mientras nadan sin descanso hacia las profundidades. De pronto sus cabezas giran y puedo contemplar sus rostros. Sus ojos de color rubí se clavaron en mis los míos, pero lo que realmente provocó en mi un terror que jamás había sentido antes fueron sus diabólicas sonrisas. Y en ese momento ocurrió. Mis brazos no opusieron más resistencia. Me dejé arrastrar por los siniestros seres que me portaban. Mi resignación pudo más que mis deseos de escapar de esa tortura. Estaba harto de pelear, cansado de enfrentarme solo a todas las adversidades, si no puedes ganar, ¿merece la pena luchar?.

miércoles, 22 de abril de 2009

Deseo


¿Cómo no voy a desear el besar esos labios que sirven de majestuosa puerta por donde sale la mas bella poesía que es para mis oídos el escucharte hablar?.¿Quién puede no caer hechizado por el embrujo de tus oscuros ojos, que son capaces de hacer k el tiempo se detenga para quien osa mirarlos fijamente?. ¿Qué luz es capaz de alumbrar mas este mundo cubierto de dolor y desilusión de lo que lo ilumina tu radiante sonrisa, que nos deja ver la alegría k tu alma siente cuando tu estas bien?. Quién pudiese ser el viento que hace danzar tu oscuro pelo al son de las suaves brisas recordándome a la intensa noche.... Desearía ser la gota de lluvia que recorre tu tersa piel cuando el cielo llora al pensar que nunca te podrá tener.

martes, 21 de abril de 2009

Aqui comienza...




Noche silenciosa, gritas sonidos mudos que desquician mi cabeza. Tenue luz que iluminas mi escritorio, muéstrame con claridad la respuesta que anhela mi alma. Letras que componéis este escrito, haced que mis sentimientos se desaten sin control al leer el mensaje que estas líneas me confiesan. Pluma que escribes al ritmo que late mi corazón, es tu danza sobre el fino papel quien descifra las confusas ideas que rondan por mi mente. Os doy las gracias a todas, porque sois vosotras quienes me inspiráis y ayudáis en los momentos de confusión que tan a menudo me torturan, haciendo que mi espíritu se entristezca y llore de rabia por sus dudas.