04:02. Es la hora que marca el radiodespertador. No puedo evitar mirarlo. Los números van pasando, parece que ese artilugio sea el que controle mi universo. Siento como si fuera el quien le dice al sol cuando ha de salir, el que va tapando a su antojo las escasas estrellas que observo desde mi ventana. Ese maldito reloj es el que hace callar el bullicio de la calle para torturarme con un silencio cargante. Se que lo hace a drede. Todo comienza y termina en su momento, cuando él lo indica; a las 5 de la tarde las calles estan buyiciosas, a las 9 la luna se corona como centro del firmamento, a las 10 y media mi compañero está cenando, a las 12 y 20 todos se han acostado...menos yo. Soy yo el que no cumple los dictámenes del tiempo. Y no es por voluntad propia. Como desearía poder abrazarme a mi almohada sumido en un profundo sueño en el momento que el reloj dice de forma numérica "hora de dormir". Pero no sucede así. Ni a las 12 y media estoy durmiendo, ni me puedo despertar a las 7 de la mañana, lo mismo como a las 5, que ceno a las 2 de la mañana. No le encuentro sentido.
04:21. Sigo sin poder mantener los parpados cerrados. Llevo horas analizando cada pensamiento que discurre por mi mente, pero da igual las vueltas que les de, nunca consigo sacar nada en claro. Lo único que se me ocurre es coger la botella de wisky que tengo escondida dentro del tomo VI de la enclopedia. Es para casos de emergencia como este, necesito dejar de pensar en los problemas sin solución.
05:18. Noto como va dejando un rastro húmedo a su paso por mi mejilla. Creo que el alcohol ha conseguido liberarla sin que me diera cuenta. Jodidas canciones sensibleras. Por eso me gusta más la música en ingles que la española, no suelo entender lo que dicen las letras, si siento alguna emoción al escucharla es por la música en si, no porque me identifique con lo que se dice. Siento una presión muy fuerte en el pecho, me ahoga, me duele. Todas las noches pasa lo mismo.
05:22. Estoy viendo las fotos que tengo guardadas en mi PC. No se si es por la música, por el wisky o por un poco de ambas, pero he notado una brisa de nostalgia que me susurraba al oido justo cuando el color ambar del licor se vertía en el vaso.
05:36. Las lágrimas caen acompañando la sonrisa que se dibuja en mi rostro, creando el lienzo mas patéticamente triste que se haya podido contemplar, pero necesitaban salir. Llevo vistas varias decenas de fotos. Cada una de ellas me transportaba a un momento único en mi vida. Me he dado cuenta que las fotos son enrealidad otra forma de tortura, porque siempre tenemos fotos de los buenos momentos, de los divertidos, los importantes...los felices. Creo que lo hacemos para falsear nuestros recuerdos. Para que, cuando a los años cojamos esas imagenes digamos "que tiempos aquellos", pero en realidad debajo de esas sonrisas estudiadas y esas poses forzadas tambíen en esos momentos hay preocupaciones que te inundan la cabeza. Y aún sabiendo que solo cambian las circunstancias, que en esos momentos tenía las mismas o incluso mas preocupaciones, cuando las veo hecho de menos esos tiempos.
05:39: ¡Mierda! Si que soy patoso, la falta de sueño me hace estar mas torpe. Menos mal que no quedaba wisky en el vaso que e tirado, aunque ahora que me fijo, la botella también está vacía. voy a volver a acostarme a ver si puedo caer en ese sueño que deseo. Ojos dejad ya de llorar.
06:01: No hay manera. Es acostarme, dejar la mente en blanco y volver los fantasmas que me atormentan. Mi cuerpo se siente pesado, mi mente colapsada pero no logró dormir. ¡Joder! y ahora me clavo un cristal del vaso. El sufrimiento me viene de todas las formas imaginables.
06:28: Por fín noto como mis parpados comienzan a tambalearse, me siento relajado, incluso liberado. Mi mente finalmente a logrado quedarse en blanco, noto como se desvanecen todas esas preocupaciones, todos mis temores y desilusiones se evaporan, fluyen fuera de mi ser. Cada vez me siento más etereo. Creo que es la primera vez que logro tal grado de relajación. ¿Habrá sido el wisky? no, otras veces he bebido más que esta noche y no he alcanzado esta sensación. Es tan cautivadora que apenas percivo nada, se me ha escapado el cristal de la mano y ni tan siquiera me he dado cuenta de que lo tenía en ella. Ver como mi sangre brota de manera suave pero constante desde mis muñecas, en vez de asustarme, me ha dado paz. Por fin se cierran mis ojos.